Mira todo lo
que puedes ganar si cultivas tus alimentos...
Ahorrarás
dinero
Dependiendo de
la dieta que siga tu familia, de la variedad y cantidad de frutas y hortalizas
que cultives, podrás ahorrar mucho dinero en la cesta de la compra.
Estos alimentos
quizás no tengas que volver a comprarlos:
Como puedes
apreciar, con los alimentos de la lista anterior, se puede cubrir buena parte
de las necesidades nutricionales de una familia. Algunos de ellos, como la
acelga, espinaca, lechuga, pepino, puerro, rabanito, remolacha y la zanahoria
los podrás cultivar durante todo el año si el clima de tu zona no es muy
extremo.
Otras como la
patata, los garbanzos o las calabazas se conservan muy bien y durante mucho
tiempo en un lugar fresco y seco así que también podrás disponer de ellas
durante buena parte del año. Y con los demás tendrás que recurrir a la conserva
en bote o a la congelación.
Comerás más
sano y sabrás lo que comes
Los alimentos
que cultives en tu huerto, sobre todo si empleas para ello abonos orgánicos y
fitosanitarios ecológicos, estarán libres de resíduos químicos derivados
de la fumigación y fertilización. Quizás algunos de ellos sean inocuos a largo
plazo para el cuerpo humano pero si podemos evitar ingerirlos mucho mejor.
Por otro lado,
la gran mayoría de los alimentos que puedes comprar en un supermercado,
provienen de una agricultura intensiva que persigue abaratar costes, reducir el
ciclo del cultivo al máximo y poner en el mercado el producto antes que nadie
para incrementar los márgenes comerciales. Esto se traduce en la utilización de
variedades muy seleccionadas para estos fines en detrimento del valor
nutricional. Habrás escuchado, o incluso pronunciado, la frase: "Los
tomates del súper no saben a nada, es todo agua". Al acelerar la
producción, las hortalizas no disponen de tiempo para asimilar los nutrientes
de forma óptima y muchas veces se cosechan antes de que alcancen un buen grado
de maduración, por aquello de que se conservan mejor.
En tu huerto
orgánico todo irá más lento. Las plantas se tomarán su tiempo para crecer,
fructificar y madurar. Tus hortalizas crecerán al sol y al aire, en unas
condiciones naturales que se imprimirán en la calidad nutricional y el sabor de
los frutos o partes comestibles. Tú decidirás cuando cosechar según tus
necesidades, según el estado de las hortalizas, la fase lunar, el grado de
humedad, etc. Muchas de ellas, como la zanahoria, donde mejor se conservan
es en el huerto así que, si no las necesitas, podrás dejar que sigan
madurando y tomando nutrientes del ambiente.
Serás más
autosuficiente
Tener un huerto
bien pensado y bien cuidado te permitirá depender menos de los mercados.
Si los calabacines se ponen por las nubes por que hay desabastecimiento, como
ya ha pasado, a ti no te afectará por que los tienes en tu huerto o en tu
congelador y de primera calidad.
Tendrás una
dieta más equilibrada
Siempre y
cuando te gusten las hortalizas, porque sinó la llevas clara con el huerto.
Pero supongamos que sí. Como querrás tener hortalizas todo el año en tu huerto,
tendrás que cultivar aquellas que se adapten a cada época y, por tanto, casi
sin querelo, estarás obligado a tener mucha variedad.
Además, comerás
siempre frutas y hortalizas de temporada, aprovechando al máximo los
nutrientes que contienen y evitando procesos de conservación en frío que,
además de consumir electricidad, deterioran las cualidades de las frutas y
verduras.
Habrá épocas en
las que "comerás huerto" a todas horas, por ejemplo, cuando plantas
más calabacines de los que necesitas, por si acaso, y luego te toca regalarlos
por que ya no sabes más recetas para prepararlos. A la plancha, al horno, en
crema...los congelas y, aún así, te sobran. Y por no tirarlos al compost...
Harás más
ejercicio
Aunque tengas
tractor, motocultor o motoazada...tendrás que agachar el lomo por que,
otra cosa no, pero el huerto se cobra unas buenas dosis de sudor, sobre todo en
primavera y en verano. Si te sobran algunos kilos, tu huerto se encargará de
cobrarlos en forma de energía y sudor. Ya sea preparando la tierra, haciendo
escardas, instalando tutores, vallas, riego, cosechando, etc. Estarás haciendo
ejercicio al aire libre y eso se nota. Además, si hace sol, y con la debida
protección, verás como el trabajo en el huerto influye positivamente en tu
bienestar físico y psíquico. Cuando termines el trabajo y te sientes a ver el
resultado te sentirás genial.
Si tienes
hijos, sobrinos, nietos...pequeños, llévalos al huerto. Se pondrán hasta arriba de tierra pero
serán felices, aprenderán y estarán gastando una buena dosis de energía que
abrirá su apetito y los hará dormir mejor. Y tú te reirás viéndolos
jugar...bueno, a menos que te pisen las zanahorias, las cebollas, etc...pero
para eso está la educación. Estos niños, de mayores, casi seguro que querrán
tener un huerto por los buenos recuerdos que les trae.
Fomentarás
tu creatividad y aprenderás
Todos aquellos
que quisimos tener un huerto orgánico completo y bien cuidado tuvimos que
aprender, aprender y aprender...pero, también recurrir a la imaginación para
solucionar algunas situaciones que van surgiendo con el día a día. ¿Cómo
hago para espantar estos molestos pájaros que se comen mis frambuesas? Tengo
que hacer algo para mantener a los caracoles fuera de mi huerto, me echan a
perder las coles y las lechugas. Riegos, remedios caseros, abonos,
conservación, mantenimiento, etc. Tendrás muchos temas sobre los que aplicar tu
maña y creatividad. Buena suerte y buenas ideas.
Serás más
feliz
El huerto no
solucionará tus problemas, tus deudas y tus dudas, pero quizás cambie tu orden
de prioridades en la vida. Quizás te arrastre al concepto slow life.
Puede que ese tiempo que pases en contacto con la naturaleza, con tu familia y
obteniendo recursos de la tierra solo con tu maña y esfuerzo te lleve a
"cambiar el chip". Quizás comiences a dar menos importancia al estrés
del trabajo, a los "compromisos sociales", a la dictadura económica y
pienses...mis seres queridos, mi casa, mi huerto...mi tiempo, mi vida.
Las macetas de autorriegocon botellas
recicladas son una excelente opción para empezar a tenertu pequeño
huerto en casa y todavía no tienes el hábito de regar regularmente.
Una de las principales inquietudes que todos tenemos
en cuanto al cuidado de nuestras plantas al principio es el riego…¿cuánto
hay que regar? ¿Cuándo hay que regar? ¿cada cuanto debo regar? ¿como lo riego?
La forma mas segura y fácilde regar una
planta es dejarle el agua disponible para que ella la tome cuando la necesite.
Y para poder hacer eso, hoy te traemos una maceta para
que la planta se autoriegue a la que simplemente tendrás que ponerle agua
cuando veas que le queda poquita. ¿no es una solución fantástica?
En el video se te muestra el paso a paso para que
puedas hacer tus propias macetas de autorriego con botellas de vidrio
(aunque también podes hacerlo con botellas plásticas si no te animas)
Qué vas a necesitar
Materiales
Botellas
de vidrio gruesito (las que tienen la base hundida)
Hilo
de algodón
Alcohol
fino (NO USES ALCOHOL EN GEL)
Retazos
de tela absorbente tipo algodón (puedes usar una camiseta vieja)
Herramientas
Encendedor
Tijera
Batea
con agua bien fría + cubitos de hielo
Guantes
para lijar
Lija
al agua nº 100
Paso a paso
Como crear la maceta autorriego con botellas
Paso 1: Si tienes un lapiz de widia para vidrio marca con fuerza una linea alrededor de toda la botella a la altura que quieres el
corte.
nota: si no tienes este lápiz no te
preocupes, hazlo sin marcarla
Siempre calcula antes, que cuando insertes el pico en
la base, esta quede lo suficientemente alta como para sostener la parte
superior y quede espacio libre entre el pico y la base de la botella
Paso 2: colocá el hilo dando dos vueltas
alrededor de la botella, atale un nudito y ubicalo bien por sobre la línea
marcada
Paso 3: Mojá el hilo con el alcohol cuidando de que
el exceso caiga en un recipiente que luego puedas lavar o también podes usar un
gotero para evitar desperdicio
nota: antes de pasar al paso 4
necesitas tener lista la batea con el agua fría
Paso 4: Este el momento donde con mucho cuidado vas
a encender el hilo con el encendedor y vas a comenzar a girar la botella
hasta que el fuego se extinga.
Inmediatamente sumergís la botella en el agua fría
con un movimiento tranquilo y esperas a que solita se separe.
nota: si la botella es de vidrio fino,
cuando se apaga el fuego necesitas esperar entre 10 y 15 segundos para que la temperatura baje antes de sumergirla. Esto es para evitar que la botella se rompa torcida.
Paso 5: ahora hay que lijar los bordes para
quitarles el filo, tanto de la parte de la base, como la del pico
Cuando las tengas listas vamos a pasar al armado
Armando el autorriego con maceta
Una vez que tenes las macetas cortadas y lijadas tenes que ponerles
la tela que hará que el agua suba por ella (por efecto de la capilaridad) y
mantenga húmedo el sustrato.
Para eso corta una tiras como de 3 o 4 cm y haceles un
nudo en la punta para que quede trabada en en el pico y no se caiga.
Luego completa la maceta con un sustrato liviano que
drene bien el agua, te recomendamos el mismo sustrato que se usa para los semilleros.
Plantas recomendadas
Ajo
(el diente)
Lechuga
(el plantín)
Aromáticas
(un gajo)
Rúcula
(la semilla)
Rabanito
(la semilla)
Al comienzo y hasta que la planta desarrolle sus raíces
necesitas regar por arriba con delicadeza, pero en cuanto haya crecido un
poco la planta solo tenes que poner agua debajo sin que toque el pico de la
botella.
Conclusión
Hoy aprendiste como tener un pequeño huerto en casa
que no te consuma mucha atención pero te llene de satisfacción.
Llegado el momento vas a poder poner algo en tu mesa que
hayas cultivado por tu cuenta, aunque no sea mucho es el comienzo de una
nueva manera de ver y valorar lo que podemos conseguir a partir de nuestro
propio esmero.
Descubre cómo las fases lunares pueden afectar a tus cultivos
¿Cómo influyen las fases lunares en la agricultura y las
cosechas?
Estarás de
acuerdo con nosotros en que afirmaciones como “No plantes aún, no es luna
llena” o “Tu cosecha crecerá mejor si la siembras durante luna creciente” no
son meras desconocidas.
Al contrario de lo que en un principio pudiésemos pensar,
estas cuestiones no son simplemente creencias populares o invenciones de
nuestros abuelos.
¡Son hechos confirmados!
La Luna contribuye, de una forma u otra, al crecimiento,
germinación o fructificación de los cultivos. Esto es así, sin ninguna duda
posible.
La savia de las plantas, la fotosíntesis o el enraizamiento
de las semillas son algunas de las etapas de desarrollo que se ven afectadas
por la Luna. Por tanto, sembrar en un día u otro, o lo que es lo mismo, es una
etapa lunar o otra, va a significar que la planta prospere o no.
Por ello, no está de más saber cuáles son las distintas
fases lunares y qué efectos pueden tener en los cultivos.
Este estudio lo encontrarás en próximos apartados.
La luna nueva y los cultivos
Luna nueva, denominada también Novilunio, es la etapa lunar
en la que la Luna no refleja luz, por lo que es imposible verla desde la
Tierra.
Durante este periodo, este satélite se encuentra oculto tras
el resplandor del sol, por tanto, sus rayos disminuyen considerablemente. Esto
tiene consecuencias en los cultivos.
¿Cómo afecta la luna nueva a la cosecha?
Dado que los rayos de la Luna disminuyen significativamente,
no es te extrañar que las raíces o las hojas de las plantas crezcan a un ritmo
más lento que en otras fases lunares. En la agricultura, puede decirse que es
un periodo en el que la vegetación crece poco o nada.
Más bien, es un ciclo de reposo.
Durante estos días, las plantas pueden adaptarse al medio
sin sufrir ningún trastorno o daño derivado del estrés que este proceso puede
llegar a producirle. Además, es la etapa perfecta para llevar a cabo ciertas
tareas de mantenimiento en el jardín.
¿Y cómo podrás aprovechar la luna nueva?
Durante esta fase en la que el satélite está alejado de la
Tierra, la savia de las plantas se encuentra concentrada en las raíces y
existen una gran disponibilidad de agua en el suelo. Por consiguiente, una de
las tareas más recomendadas es la del control de adventicias.
Asimismo, en Luna nueva podrás realizar ciertas actividades
de mantenimiento. Como te hemos dicho, es una etapa de reposo, por lo que
podrás desempeñar aquellos trabajos que en otro momento pueden suponer un gran
estrés para la planta.
Y las tareas que pueden hacer en luna nueva son por ejemplo
las siguientes:
Aporques: cubrir con tierra plantas como el apio o el cardo.
Abonar: abono de todo tipo de plantaciones.
Eliminar las malas hierbas. Si no sabes cómo hacerlo, en uno
de nuestros artículos encontrarás todo lo que debes saber sobre este proceso
tan vital para el jardín.
Eliminar las hojas marchitas de tus plantas.
Sembrar prados y céspedes, árboles de hoja redonda y
hortalizas de raíz como por ejemplo las zanahorias o los nabos.
Podas y tutorados.
El periodo de cuarto creciente
Cuando nos encontramos en la etapa de cuarto creciente, la
Luna aumenta la superficie y, por tanto, la visibilidad de esta es mayor.
Durante esta fase lunar, este satélite se va acercando a la Tierra y como
consecuencia su presión hacia nuestro planeta aumenta.
En estos días, la Luna tiene una forma muy característica,
pues parece un círculo partido justo por la mitad.
La salida se produce en el horizonte a las 12 del mediodía,
el cénit a las 6 de la tarde y el ocaso a las 12 de la noche.
Los efectos de luna creciente en la cosecha
Si con la luna nueva te contábamos que la savia de las
plantas se encontraba en las raíces, durante cuarto creciente ésta comienza a
subir hasta la parte superior de la vegetación.
Estos días significan que la luz lunar va en aumento y, por
consiguiente, los cultivos sufren un crecimiento balanceado, siendo el follaje
y las raíces las partes más afectadas.
El suelo también cambia.
En el terreno se producen grandes movimientos de agua por lo
que las semillas podrán absorberla más rápidamente y así germinar en el tiempo
previsto (sobre todo si se plantan hortalizas como la lechuga).
Pero, esto no siempre es así.
Como quizás ya sepas, la germinación de una planta no solo
dependerá del agua que absorba, también de la climatología existente y de las
condiciones del cultivo (si el terreno está bien abonado, si se riega lo
suficiente, etc.)
¿Y qué tareas puedes hacer en cuarto creciente?
Como en esta fase lunar la vegetación crece a un ritmo más
elevado que en la anterior (luna nueva), debes favorecer el desarrollo de la
vegetación. Además, puedes llevar a cabo lo siguiente:
Podar los árboles enfermos y los árboles frutales que verán
mejorado su rendimiento y su fructificación.
Cultivar los campos y terrenos que se caractericen por tener
sustrato arenoso.
Sembrar flores y hortalizas de hoja como la lechuga, la
acelga o la espinaca. También se recomienda realizar la siembre uno o dos días
antes de que comience esta fase. Comprueba bien el calendario lunar.
Realizar injertos, pues el enraizamiento tiene más
probabilidades de tener éxito. Las condiciones son propicias asique no pierdas
la oportunidad de aprovechar la luna creciente para esto.
Y un último consejo ¡evita regar las plantas con flor!
Luna llena, los rayos aumentan
Quizás sea la fase más espectacular de todas.
La Luna llena se produce cuando la concavidad de la parte
luminosa del satélite logra verse en su totalidad, formando así un círculo
completo. Es la fase que marca justo la mitad del mes lunar.
Su orto se produce alrededor de las 6 de la tarde, el cénit
sobre la medianoche y el ocaso cerca de las 6 de la mañana.
¿Qué consecuencias tiene la luna llena en los cultivos?
En este periodo, los rayos de la Luna van en aumento. Como
consecuencia, las hojas de las plantas se desarrollan rápidamente, sin embargo,
las raíces crecen a un ritmo menor pues la savia ya no se concentra en ellas.
En estos días, la vegetación cuenta con una mayor cantidad y
mayor movimiento interno de agua y savia. Esta última está en el follaje y es
por ello que el desarrollo de esta parte es mayor.
Y aunque todo pueda parecer positivo, no lo es. En luna
llena las plagas suelen proliferar más que en otras fases lunares.
Ahora te estarás preguntando, ¿cómo aprovecho el efecto de
la luna llena?
Dado que durante esta etapa la savia de las plantas se
concentra (en su mayoría) en el follaje y que, además, hay una gran
disponibilidad de agua, las actividades de agricultura y jardinería
recomendadas guardan estrecha relación con las hojas.
Algunas son:
Tareas de poda. Es un buen momento para llevar a cabo la
poda de árboles, arbustos y plantas.
Cosechar frutos y hortalizas de hoja (lechuga, espinacas,
etc.) pues así conseguirás un mayor volumen de follaje, que es lo que
verdaderamente interesa este tipo de vegetación.
Plantar especies que se mantengan verdes durante todo el
año, es decir, plantas de follaje perenne.
Trasplante: si el trasplante se realiza durante luna llena,
la vegetación tenderá a crecer rápido y a producir, como no, un mayor volumen
de hojas.
Propagación vegetativa: si usas estacas para la propagación
vegetativa, te recomendamos que no las cortes en esta fase lunar. ¿Por qué?
Porque al tratarse de un periodo de gran disponibilidad acuosa, las hormonas
fundamentales para el enraizamiento y que se encuentran incluidas en el agua
estarán muy diluidas. Por tanto, la emisión de las raíces no se estimulará
correctamente. Además, los líquidos saldrán y tu cosecha podría deshidratarse.
Cuarto menguante, la fase de menos actividad
Cuarto menguante es la fase lunar “contraria” al cuarto
creciente. Durante estos días, la Luna empieza a disminuir su visibilidad
(recordarás que en luna creciente el efecto era el opuesto).
Esta etapa se produce antes de luna nueva y después de luna
llena. La apariencia del satélite es de un semicírculo decreciente.
Dura aproximadamente 13 días y es posible observarla durante
las horas de la mañana, ya que alcanza el cenit a las 6 de la madrugada. El
ocaso es a las 12 del mediodía.
La influencia de la luna menguante en el cultivo
El cuarto menguante es sinónimo de menos actividad. La luz
lunar va disminuyendo a medida que pasan los días, la savia de las plantas
comienza a desplazarse hacia las raíces para finalmente concentrarse en ellas.
¿El resultado?
Un crecimiento lento del follaje y un aumento en el
desarrollo de la parte inferior de la vegetación.
La luna menguante es, junto con el cuarto creciente, el
periodo ideal para la adaptación de las especies al medio.
La disminución de la luz de la Luna, los movimientos
inferiores de la savia y el lento crecimiento del follaje hacen que durante
esta etapa los mejores trabajos de jardinería (o al menos los más recomendados)
sean los siguientes:
Sembrar hortalizas de raíz como por ejemplo el nabo o la
zanahoria. Recuerda, la savia de las plantas se concentra en sus raíces.
Eliminar las hojas marchitas
Regar por abajo las plantas con flor y pulverizar aquellas
que tengan un follaje verde (perenne).
Es la fase lunar perfecta para llevar a cabo trasplantes,
pues la cosecha no sufrirá demasiado.
Abonar el suelo de la plantación.
Plantar árboles de hoja larga.
Resumen: fases lunares y agricultura
Quizás, y solo quizás, todo lo que hemos aconsejado
anteriormente sea demasiada información para procesar en tan poco tiempo.
Por ello, a continuación, te dejamos un cuadro resumen
que recoge todas las tareas de agricultura recomendadas para cada una de las
fases lunares.
Luna nueva
Aporques,
abonar, eliminar malas hierbas, eliminar hojas marchitas, sembrar prados y
césped
Cuarto
creciente
Podar árboles enfermos y frutales, cultivar terrenos
arenosos, sembrar flores y hortalizas de hoja, realizar injertos y evitar
regar plantas de flor.
El apio es una hortaliza que puede durar mucho tiempo en
nuestro huerto y lo podemos disfrutar fresco y crujiente todo el año. Esta verdura de origen mediterráneo, es muy
conocida por su baja cantidad de calorías, su ayuda en la reducción de peso
corporal y niveles de colesterol. Además, contiene vitamina A y K, potasio y
antioxidantes. Aprende cómo cultivar apio, sus cuidados, propiedades y algunas
recetas para preparar tu cosecha.
Durante siglos, el apio se ha utilizado en sopas, guisados y
ensaladas. En la actualidad, el constante uso de químicos en las hortalizas es
un peligro para nuestra salud. El apio es una de las principales hortalizas en
contener residuos de pesticidas. Esta es solamente una razón por la cual
debemos comer apio orgánico y la mejor manera de hacerlo, es cultivarlo en
casa.
Variedades
El apio, al igual que todas las hortalizas, tiene diversas
variedades que no son muy comunes en los mercados. Existen dos tipos de apio
que se consumen: el apio y apio de raíz.
– Apio (Apium graveolens) es el más común. Sus tallos son
generalmente gruesos (1-4cm de ancho), tiernos y jugosos.
– Raíz de apio o apio-nabo (Apium rapaceum) es utilizado
principalmente en Europa. Se consume su raíz, que es gruesa, esférica y de
color café claro. Su textura es crujiente y su sabor es parecido a la nuez. Los
tallos son delgados y de color verde oscuro.
Siembra y trasplante
El apio es fácil de cultivar, necesita un suelo bien nutrido
y húmedo. Puede crecer en media sombra y puede llegar a tolerar mucha sombra
(por lo menos 4 horas de luz). La semilla de apio es redonda y muy pequeña
(1mm), su color es café oscuro.
La siembra del apio se realiza en semilleros para
posteriormente trasplantarlo. La mezcla debe tener un buen drenaje y materia
orgánica, de preferencia utilizar tierra negra, fibra de coco y composta. Si la
mezcla tiene partículas muy grandes, puede afectar la germinación y crecimiento
de nuestras plántulas. La profundidad de siembra es muy pequeña (0.3-0.5cm) por
el tamaño de la semilla. Coloque dos o tres semillas por espacio y cubra con
suelo. Riegue cuidadosamente después de sembrar, un chorro de agua o gotas
demasiado grandes pueden sacar las semillas del contenedor. Una opción es
cubrir el semillero con una capa de periódico y regar por encima.
Las semillas germinarán entre una y dos semanas después de
la siembra, su desarrollo es lento. No permitas que el sustrato pierda la
humedad, ya que puede afectar el desarrollo de las plántulas. Estas estarán
listas para el trasplante cuando aparezca el segundo par de hojas verdaderas.
Antes de realizar el trasplante debemos de tener lista la
cama de cultivo y contenedores con un suelo con composta y con buen drenaje. Si
las plantas crecerán en contenedores, debe tomar en cuenta que necesitan una
profundidad mínima de 30cm. La distancia entre planta es de 15cm y podemos acomodarlos con el método de
siembra cercana o en hileras.
Al momento del trasplante debemos regar bien nuestras plántulas
y procurar no lastimar las raíces. Si observamos que están muy enroscadas,
podemos cortarlas un poco para fomentar su crecimiento. Cuando coloque las
plántulas en el suelo, asegúrese de que cubra hasta las primeras hojas y
presione ligeramente para darle soporte. Riegue después del trasplante, procure
no mojar las hojas.
Cuidados y Consejos
Por su alto contenido en agua, el apio necesita mantener su
humedad para tener un buen desarrollo. Dependiendo de la temperatura será la
frecuencia de los riegos, aproximadamente cada 2 días. Si son muy calurosos,
cada día, de preferencia durante la mañana y sin mojar las hojas. Los tallos de apio comenzaran a doblarse
cuando el suelo esté seco, debemos evitarlo.
Colocar mulch o cobertura vegetal alrededor de la planta, de
esta manera la humedad se mantendrá en el suelo.
Mantener el suelo libre de malezas, esto evitará la
competencia entre plantas y posible hábitat para plagas.
Eliminar las hojas viejas, esto fomentará el crecimiento.
El apio se puede asociar con poro, jitomate, frijol de mata
y col.
Lleva una rotación de cultivos. No siembres apio en donde
antes había cilantro, perejil, zanahoria, hinojo o eneldo. Así evitarás plagas,
enfermedades y pérdida de nutrientes en el suelo.
Si las plantas tienen un crecimiento lento, aplique un té de
composta o más composta alrededor de ellas.
Cuando el suelo alrededor de la planta forma una costra,
debe romperla con cuidado y regar después. Esto fomentará el crecimiento de las
plantas.
Plagas y enfermedades
Mantener el huerto libre de maleza ayuda a disminuir la
incidencia de plagas ya que se destruye su hábitat. Si observa hojas enfermas o
afectadas deberá eliminarlas inmediatamente para evitar una propagación de
enfermedades.
– Mosquita: es un insecto de aproximadamente 5mm color verde
o negro con amarillo. Los adultos depositan huevecillos en la corona de la
planta y cuando eclosionan las larvas, se alimentan de las raíces. Son comunes
en la zanahoria y apio. La consecuencia, es la pudrición de la raíz y muerte de
la planta.
– Gusano gris es otra plaga que destruye los tallos y hojas
de la planta, puede controlarse quitándolos con la mano o aplicando Bt
(Bacillus Thuringiensis). Este remedio es inofensivo para los seres humanos y
animales, pero sí puede llegar a afectar a los insectos benéficos.
– Mosca del apio (Phyllophylla heraclei) la larva forma
galerías en las hojas. Para eliminarla debe aplastar la larva con las manos
para evitar que siga creciendo.
– Pulgones pueden generar enfermedades en la planta, se
encuentran en el punto de crecimiento de la planta. Las hojas comenzarán a
enroscarse. Para controlar, lave las hojas con un chorro de agua fría, frote
cuidadosamente las hojas para no lastimar la planta. Otra opción es rociar agua
con jabón biodegradable en las hojas. Por otro lado, podemos utilizar insectos
benéficos como la catarina que puede llegar a devorar más de 20 pulgones por
día.
– Caracoles y babosas aparecen usualmente por exceso de
humedad, se esconden cerca del tallo o en el punto de crecimiento. La manera
más eficaz es retirarlos con la mano pero existen muchas otras maneras. Para
conocer más sobre el control de babosas y caracoles; 12 maneras para mantener
tu huerto libre de babosas y caracoles.
Cosecha y almacenamiento
Podemos mantener la producción de nuestras plantas por mucho
tiempo cuando cosechamos las hojas externas. Las plantas estarán listas para la
cosecha cuando tengan aproximadamente unos 20cm de alto, sin embargo podemos
comenzar a cosechar cuando tengan unos 10 de tallos. Solamente cosechar entre 1
y 2 tallos para que nuestra planta continúe desarrollándose. Cuando nuestras
plantas llegan a su etapa madura podemos cosechar entre 3-5 tallos por semana.
Después de la cosecha, debe lavar los tallos y escurrirlos.
Almacene en el refrigerador en una bolsa para que mantenga la humedad. Sus
características se pueden mantener durante una o dos semanas máximo en el
refrigerador. También puede congelarse para utilizarlo en sopas o consomés.
Cultivando mis futuras semillas
El apio necesita dos años para producir semilla y por lo
menos 10 plantas para obtener una buena genética. Cuando llega la etapa de reproducción, el
apio genera un tallo alto del cual produce unas flores blancas. Las semillas de
apio son extremadamente pequeñas, por lo que debemos tener mucho cuidado al
momento de cosecharlas. Cubra la planta con una bolsa de papel y corte el tallo
desde la base cuando tres cuartas partes de la planta estén secas. Cuelgue boca
abajo en un lugar fresco y sin luz directa. Separe y limpie las semillas para
después almacenarlas en un frasco hermético. Etiquetar el frasco con el nombre
de la semilla, variedad y año.
Las semillas de apio son utilizadas como condimento para
sopas, salsas y otros guisados. Por otro lado, las semillas tienen diversas
propiedades, contienen flavonoides que previenen el cáncer, tienen efecto
antiinflamatorio y contribuyen a la relajación muscular.
Propiedades del Apio
El apio es una hortaliza que aporta vitaminas A, B1, B2, B6,
B9, C y E. Minerales como potasio y
sodio, que nos sirven para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
También es un diurético, por su alto contenido en agua y tiene características
antioxidantes, anticancerígenas y antibacterianas.
La albahaca es una planta de intenso aroma y color que no
solo alegra la vista de cualquier cultivo sino que además nos ofrece numerosos
beneficios a la hora de realzar el sabor de los platos, de proporcionarnos
salud y también de proteger otras plantas de nuestro cultivo.
La albahaca es una planta de cultivo anual y pertenece a la
familia de las labiadas. Procede de la India y sin duda combina bien con
multitud de alimentos como el tomate y otras plantas aromáticas como el
orégano, el ajo o las cebollas. Condiciones del cultivo de la albahaca Temperatura: La
albahaca es amiga de los ambientes cálidos y no soporta el frío extremo ni las
heladas. La temperatura ideal es entre 15º y 25º, y el frío a partir de los -2º
detiene su desarrollo. Sustrato: Requiere un
suelo fértil, profundo y aireado. Luz: Sobrevive bien a
plena luz pero también tolera bien la semi-sobra. Riego: La cantidad de
riego ha de ser moderada. Necesita suelos húmedos pero no encharcados, ya que
sus raíces no soportan los suelos con exceso de humedad. Cómo sembrar albahaca Mejor en semilleros:
La albahaca se siembra preferiblemente en semilleros, aunque también
podemos hacerlo directamente en la tierra o maceta del huerto urbano,
enterrando sus semillas a unos 2 cm de profundidad.
Mejor en primavera:
La época más indicada es entre febrero y abril.
Mejor en tierra húmeda:
La forma ideal de sembrar albahaca es mantenerla en semilleros a unos
20º y humedecer ligeramente la tierra con un pulverizador todos los días hasta
que germinen.
Mejor con luz: Cuando
germinen, al cabo de 15 días más o menos, conviene proporcionarles mayor
cantidad de luz.
Mejor entre otras plantas:
Podemos sembrarlas solas en macetas o entre otras plantas. Su proximidad
nos ayudará a mantener alejados insectos y plagas. Sobre todo favorece a los
tomates, ya que los protege de ataques de parásitos y aumenta su sabor.
Cómo cuidar la albahaca
La albahaca requiere algunos cuidados imprescindibles al
igual que la mayoría de las plantas, es decir, tierra fértil, riego adecuado y
luz.
El mayor cuidado hemos de tenerlo a la hora de protegerlas
del frío y las heladas.
El exceso de agua también puede suponer un problema, por lo
que conviene mantener la tierra húmeda pero no encharcada. Lo mejor es
procurarle un buen drenaje.
Es mejor colocar la albahaca en lugares resguardados del
viento, pues cuando es intenso rompe sus ramas con facilidad.
Conviene podarlas cada dos semanas para asegurarnos una
planta fuerte y abundante en su follaje.
La albahaca no suele ser víctima de insectos o plagas. La de
mayor riesgo es la de caracoles. En cualquier caso nuestro consejo es que si se
ve afectada por algún problema, no recurras a productos químicos industriales
que envenenan el suelo y tus platos. Existen numerosas alternativas ecológicas
que puedes utilizar con gran eficacia. Visita nuestra sección plagas.
Es preferible regar directamente sobre la tierra sin mojar
las hojas.
Cómo recolectar la albahaca
Antes de la floración:
Aunque sus hojas frescas se pueden recolectar durante todo el año, el
momento en que ofrece mayores beneficios y propiedades terapéuticas es justo
antes de la floración, que se produce entre junio y septiembre. Cuando queremos
secarla o congelarla para utilizarla fresca, este es mejor momento de hacer la
recolección.
Cortar las flores: Si
queremos que crezca más fuerte, conviene cortar las flores, a menos que
queramos recolectar las semillas.
Por encima de la yema:
La mejor forma de recolectarla es cortando con unas tijeras por encima
de la yema.
Cómo conservar la albahaca
Aunque podemos utilizar las hojas podadas a lo largo del
año, el mejor momento para recolectarla y conservarla es, como hemos visto,
justo antes de la floración. Una vez recolectada, podemos usarla:
Fresca: La mejor
forma de conservarla para ser utilizada fresca es congelarla. Para ello,
haremos pequeños montoncitos prensados y los meteremos al congelador.
Seca: Una vez
recolectada, es aconsejable colgarla boca abajo en un lugar fresco y a la
sobra. Cuando se haya secado, se pasa por un molinillo y se guarda en un
recipiente de vidrio.
Por qué cultivar albahaca
La albahaca tiene numerosas cualidades que la hacen muy
atractiva para ser cultivada. No obstante, recuerda que la moderación en el uso
de cualquier planta es esencial para no producir desequilibrios químicos en el
organismo.
Sedante: Es una
planta sedante que, consumida por la noche, ayuda a disfrutar de placenteros
sueños.
Anticatarros: Es
antiséptica y antiinflamatoria, por lo que resulta una buena aliada para
combatir estados de gripe, catarros, etc.
Reguladora: Regula el
sistema nervioso y se recomienda en casos de estrés.
Analgésica: Es un
buen analgésico natural y por eso conviene tomarla cuando se sufren dolores de
cualquier índole, sobre todo en cuadros febriles o de debilidad general.
Digestiva: Es una
planta muy digestiva que ayuda a corregir los trastornos gastrointestinales.
Contra insectos: El
aceite esencial de albahaca es muy bueno para repeler insectos, pero debemos
usarlo con mucha precaución, pues es muy fuerte y algo tóxico.
Usos culinarios: Sus
muchas aplicaciones en la cocina la convierten en una de las plantas aromáticas
imprescindibles en la despensa, ya que combina bien con ensaladas, sopas y todo
tipo de guisos y salsas.
Protectora del cultivo:
La albahaca es, además, una gran aliada del resto de plantas de nuestro
huerto ecológico, pues ahuyenta insectos, previene la aparición de plagas y
estimula el desarrollo y la inmunidad de las plantas que crecen a su alrededor.
Unos cuidados mínimos te proporcionarán numerosas utilidades
en la cocina y en el botiquín natural, gracias a esta planta de verde intenso y
alegre olor. Recuerda que los mayores beneficios y la mejor concentración de
principios activos se produce con la recolección previa a la floración. Comenta
con nosotras tus experiencias al cultivar albahaca, sus usos y aplicaciones o
cualquier comentario que quieras compartir. ¡Buen provecho!