Por qué cultivar nuestros propios alimentos
Mira todo lo
que puedes ganar si cultivas tus alimentos...
Ahorrarás
dinero
Dependiendo de
la dieta que siga tu familia, de la variedad y cantidad de frutas y hortalizas
que cultives, podrás ahorrar mucho dinero en la cesta de la compra.
Estos alimentos
quizás no tengas que volver a comprarlos:
Como puedes
apreciar, con los alimentos de la lista anterior, se puede cubrir buena parte
de las necesidades nutricionales de una familia. Algunos de ellos, como la
acelga, espinaca, lechuga, pepino, puerro, rabanito, remolacha y la zanahoria
los podrás cultivar durante todo el año si el clima de tu zona no es muy
extremo.
Otras como la
patata, los garbanzos o las calabazas se conservan muy bien y durante mucho
tiempo en un lugar fresco y seco así que también podrás disponer de ellas
durante buena parte del año. Y con los demás tendrás que recurrir a la conserva
en bote o a la congelación.
Comerás más
sano y sabrás lo que comes
Los alimentos
que cultives en tu huerto, sobre todo si empleas para ello abonos orgánicos y
fitosanitarios ecológicos, estarán libres de resíduos químicos derivados
de la fumigación y fertilización. Quizás algunos de ellos sean inocuos a largo
plazo para el cuerpo humano pero si podemos evitar ingerirlos mucho mejor.
Por otro lado,
la gran mayoría de los alimentos que puedes comprar en un supermercado,
provienen de una agricultura intensiva que persigue abaratar costes, reducir el
ciclo del cultivo al máximo y poner en el mercado el producto antes que nadie
para incrementar los márgenes comerciales. Esto se traduce en la utilización de
variedades muy seleccionadas para estos fines en detrimento del valor
nutricional. Habrás escuchado, o incluso pronunciado, la frase: "Los
tomates del súper no saben a nada, es todo agua". Al acelerar la
producción, las hortalizas no disponen de tiempo para asimilar los nutrientes
de forma óptima y muchas veces se cosechan antes de que alcancen un buen grado
de maduración, por aquello de que se conservan mejor.
En tu huerto
orgánico todo irá más lento. Las plantas se tomarán su tiempo para crecer,
fructificar y madurar. Tus hortalizas crecerán al sol y al aire, en unas
condiciones naturales que se imprimirán en la calidad nutricional y el sabor de
los frutos o partes comestibles. Tú decidirás cuando cosechar según tus
necesidades, según el estado de las hortalizas, la fase lunar, el grado de
humedad, etc. Muchas de ellas, como la zanahoria, donde mejor se conservan
es en el huerto así que, si no las necesitas, podrás dejar que sigan
madurando y tomando nutrientes del ambiente.
Serás más
autosuficiente
Tener un huerto
bien pensado y bien cuidado te permitirá depender menos de los mercados.
Si los calabacines se ponen por las nubes por que hay desabastecimiento, como
ya ha pasado, a ti no te afectará por que los tienes en tu huerto o en tu
congelador y de primera calidad.
Tendrás una
dieta más equilibrada
Siempre y
cuando te gusten las hortalizas, porque sinó la llevas clara con el huerto.
Pero supongamos que sí. Como querrás tener hortalizas todo el año en tu huerto,
tendrás que cultivar aquellas que se adapten a cada época y, por tanto, casi
sin querelo, estarás obligado a tener mucha variedad.
Además, comerás
siempre frutas y hortalizas de temporada, aprovechando al máximo los
nutrientes que contienen y evitando procesos de conservación en frío que,
además de consumir electricidad, deterioran las cualidades de las frutas y
verduras.
Habrá épocas en
las que "comerás huerto" a todas horas, por ejemplo, cuando plantas
más calabacines de los que necesitas, por si acaso, y luego te toca regalarlos
por que ya no sabes más recetas para prepararlos. A la plancha, al horno, en
crema...los congelas y, aún así, te sobran. Y por no tirarlos al compost...
Harás más
ejercicio
Aunque tengas
tractor, motocultor o motoazada...tendrás que agachar el lomo por que,
otra cosa no, pero el huerto se cobra unas buenas dosis de sudor, sobre todo en
primavera y en verano. Si te sobran algunos kilos, tu huerto se encargará de
cobrarlos en forma de energía y sudor. Ya sea preparando la tierra, haciendo
escardas, instalando tutores, vallas, riego, cosechando, etc. Estarás haciendo
ejercicio al aire libre y eso se nota. Además, si hace sol, y con la debida
protección, verás como el trabajo en el huerto influye positivamente en tu
bienestar físico y psíquico. Cuando termines el trabajo y te sientes a ver el
resultado te sentirás genial.
Si tienes
hijos, sobrinos, nietos...pequeños, llévalos al huerto. Se pondrán hasta arriba de tierra pero
serán felices, aprenderán y estarán gastando una buena dosis de energía que
abrirá su apetito y los hará dormir mejor. Y tú te reirás viéndolos
jugar...bueno, a menos que te pisen las zanahorias, las cebollas, etc...pero
para eso está la educación. Estos niños, de mayores, casi seguro que querrán
tener un huerto por los buenos recuerdos que les trae.
Fomentarás
tu creatividad y aprenderás
Todos aquellos
que quisimos tener un huerto orgánico completo y bien cuidado tuvimos que
aprender, aprender y aprender...pero, también recurrir a la imaginación para
solucionar algunas situaciones que van surgiendo con el día a día. ¿Cómo
hago para espantar estos molestos pájaros que se comen mis frambuesas? Tengo
que hacer algo para mantener a los caracoles fuera de mi huerto, me echan a
perder las coles y las lechugas. Riegos, remedios caseros, abonos,
conservación, mantenimiento, etc. Tendrás muchos temas sobre los que aplicar tu
maña y creatividad. Buena suerte y buenas ideas.
Serás más
feliz
El huerto no
solucionará tus problemas, tus deudas y tus dudas, pero quizás cambie tu orden
de prioridades en la vida. Quizás te arrastre al concepto slow life.
Puede que ese tiempo que pases en contacto con la naturaleza, con tu familia y
obteniendo recursos de la tierra solo con tu maña y esfuerzo te lleve a
"cambiar el chip". Quizás comiences a dar menos importancia al estrés
del trabajo, a los "compromisos sociales", a la dictadura económica y
pienses...mis seres queridos, mi casa, mi huerto...mi tiempo, mi vida.
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