Col (repollo) y col lombarda, amigas inseparables
Cultivar col (repollo) y col lombarda no es una tarea complicada. Sin embargo, no suele verse mucho en los huertos urbanos de la ciudad ¡una lástima! Tanto la col (repollo), como la col lombarda son dignas de cultivarlas en tu mesa de cultivo por sus propiedades nutritivas y porque se trata de dos variedades de coles que por lo general crecen en compañía.
Historia
Tanto la col (repollo) como la col lombarda o roja son dos tipos de coles que pertenecen a la familia de las crucíferas. En el primer caso, la col se destaca por sus hojas de afuera de un color verde oscuro y las interiores bastante más pálidas. Mientras que la col lombarda, se trata de una planta anual que presenta un tallo fuerte y leñoso y hojas de color violáceo, con un cogollo compacto.
La siembra
Estas plantas necesitan de suelos calcáreos, húmedos, pero bien drenados, ricos en humus y profundos. Se recomienda añadir un abono, en especial si antes has cultivado en el mismo terreno alguna leguminosa. La buena noticia es que se adaptan a todas las condiciones climáticas siempre y cuando reciban mucha luz natural.
¿Cómo sembrar? Puedes cultivarlas en macetas o directo en la tierra. En el primer caso, debes elegir receptáculos de al menos 20cm x 20 cm x 20 cm mientras que si las plantas en el suelo hay que mantener una distancia de 40 cm entre planta y planta.
Al plantar las semillas, hay que hacerlo a una profundidad de 0.5 a 1 cm para luego cubrirlas con una fina capa de tierra y compost. Luego de 40 a 50 días es hora de trasplantarlas prestando atención al cubrir la planta con la tierra pues habrá que rellenar hasta la base de las hojas evitando cubrir el brote central debido a que es muy frágil.
El riego
Lo mejor que puedes hacer para que crezcan durante todo el ciclo es regarlas con frecuencia pues son plantas sensibles a la sequía que necesitan de la humedad para desarrollarse. Esto sucede porque debido a sus hojas anchas el agua se evapora con mayor rapidez. Evita los encharcamientos que podrían provocar podredumbres de la raíz.
Plagas y enfermedades
Para cuidar tus cultivos de col y col lombarda, debes prestar atención a como lucen tus ejemplares para así dar cuenta de posibles enemigos como:
Hernia de la col: se trata de una enfermedad provocada por un hongo, que provoca abultamientos en el tallo y en las raíces, marchitando sus hojas.
Mariposa de la col: es una mariposa blanca con puntos negros que pone sus huevos en el envés de las hojas. Sus larvas verdes y peludas se comen las hojas dejando el nervio central.
Pulgón: insectos que succionan la savia de las hojas y provocan unas manchas amarillentas que terminan por marchitar a la planta.
Babosas y caracoles: afectan a las hojas externas y duras de las coles comiéndoselas.
La poda
Se realiza quitando las malas hierbas durante todo el ciclo del cultivo.
La cosecha
Al igual que el resto de las coles, son plantas bianuales y es por eso que hay que recolectarlas antes de la floración.
Al momento de cosechar hay que tener cuidado y sacarlas de raíz, separándolas del tallo. También habrá que arrancar los tallos para evitar la aparición de enfermedades en el suelo debido a que al pudrirse se infectan con plagas.
Cuidados imprescindibles
Si quieres mejorar los resultados al cultivar col y col lombarda presta atención a los siguientes consejos:
– Luego del trasplante se aconseja realizar un recalce con tierra en la base del tallo para ayudar a sostener a la planta y evitar que se tumbe.
– Tanto la col como la col lombarda necesitan de muchos nutrientes y es por eso que es de vital importancia el abonado, que puedes realizar con compost.
– Entre los nutrientes que necesitan tus plantas, debes elegir restos orgánicos ricos en nitrógeno, en especial hasta el momento de la formación de las cabezas.
– A la hora de asociar la col y la col lombarda con otras plantas, lo mejor es cultivarlas junto a remolachas, judías, lechugas, guisantes, patatas, pepinos o tomates. Evita las fresas y las habas.
– Al asociar cultivos, se recomienda asociarlas con hierbas aromáticas para ayudar a repeler insectos. ¿Las mejores? La menta, la melisa, el romero o el tomillo.
Fuentes:
y
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