Una vez se ha decidido qué espacio se va a habilitar para el huerto casero, sus dimensiones y sus posibilidades, una vez hecho acopio de todo tipo de cacharritos reciclados (como vimos el otro día), es hora de empezar a darles utilidad.
Podemos acudir a un vivero y comprar plantones de las verduras y hortalizas que queramos plantar o podemos crear nuestros propios plantones a partir de semillas, haciéndolas germinar. Este segundo caso es el que nos ocupa, porque, ya que nos ponemos, nos ponemos desde el principio.
Las semillas, de momento, las vamos a comprar, ya que todavía no hemos empezado y no hemos aprendido a generar nuestras propias semillas. Con el tiempo, supongo, que aprenderemos cómo extraer nuestras propias semillas de los vegetales que cultivemos.
El primer día que se me ocurrió empezar esto, me fui a la floristería de la esquina a ver si tenían semillas para huerto. No había mucha variedad y, después he descubierto que, además son mucho más caras. es preferible acudir a viveros o centros especializados, donde vamos a encontrar mucha más variedad y a unos precios más asequibles. De todas formas, las semillas no son muy caras, ya que en cada sobrecito van mogollón de ellas es decir, de cada sobrecito saldrán muchas plantas y, como aprenderemos más adelante, las semillas que utilizaremos la próxima temporada.
Los Semilleros
(Copio y pego de Facilísimo.com):
La multiplicación por semillas es una de las labores de jardinería más sencillas que hay, además de gratificante, ya que te servirá para obtener nuevas plantas. Utilizar la simiente de los vegetales y desarrollarla a través de semilleros es uno de los métodos de reproducción más fáciles que existen, aunque con algunas especies suponga mucho tiempo de espera.
Las plantas más fáciles de sembrar y que más rápidos resultados te darán son variedades como Alegrías, Petunias, Claveles chinos o Prímulas. Además, se trata de un método de cultivo muy económico, ya que puedes obtener las semillas de flores recogidas en días secos de julio a octubre. Debes guardarlas limpias en un sobre de papel, en un lugar frío, seco y aireado
Qué materiales necesitas
Una maceta o un semillero. En el caso de que no cuentes con ninguna de las dos opciones, puedes recurrir a otros elementos caseros como, por ejemplo, un cartón de huevos.
Tapa de cristal o de plástico.
Pala y rastrillo.
Tierra para semillas. Puedes adquirirla en centros de jardinería y bricolaje. Generalmente, las mezclas ya preparadas que se venden están formadas a partes iguales por turba enriquecida y algún material que proporciona porosidad.
Semillas. Si no las recogiste en su tiempo, cómpralas en una floristería.
Pasos a seguir
Una vez que tienes todos los materiales, haz lo siguiente:
1. En primer lugar, llena los compartimentos del semillero con tierra para semillas. Ha de estar suelta y ser permeable.
2. Debes afirmar el nivel de tierra con un rastrillo o una pala y asegurarte de que la superficie está bien nivelada.
3. Si tienes las semillas en un sobre, sácalas. En el caso de que alguna de ellas tenga el color alterado, deséchala, ya que eso puede ser una señal de que no germinarán.
4. Siembra dos o tres por compartimiento y, a continuación, esparce tierra sobre las semillas cubriéndolas con una capa hasta taparlas.
5. Sitúa la bandeja en el exterior y riégala con cuidado. Para ello utiliza un pulverizador o una regadera que tenga orificios muy finos.
6. Tapa el semillero con una cubierta de plástico transparente o de cristal. Debe ser de varios centímetros de altura.
7. Tienes que colocar la bandeja en un lugar cálido y luminoso, pero sin que le dé la luz directa del sol.
8. Comprobarás que en el interior del cristal se forma condensación. Si es muy fuerte y comienza a gotear sobre las plántulas que germinan, seca el cristal con un paño.
9. Una vez que las semillas germinen, retira el cristal.
Te dejo un vídeo bastante ilustrativo:
Yo, como te he comentado, he utilizado todo tipo de pequeños recipientes que he encontrado.
TRUQUITO: Los rollos de cartón del papel higiénico gastados son ideales para hacer semilleros, porque después los puedes trasplantar con el cartón y todo, ya que es biodegradable. Yo, de cada rollo hago dos, les pongo una base de plástico de bolsa pegada con cinta adhesiva y agujereada y, a la hora de transplantarlos, solo les tendré que retirar el plástico y poner en la nueva maceta.
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